jueves, 22 de noviembre de 2012

Despídete de mi


Despídete de mi antes que te abandone
Después ni la sombra de mis ojos aguantará tu mirada
Ni recordaré cuándo fue la primera vez que me viste dormida
Ni menos habrá certeza de ese instante
Aunque los minutos griten su protagonismo y un pedazo de memoria se atrinchere
Despídete de mi
Mañana no reconoceré tu risa ni así estémos rodeados de mudos
Ni así solo sobreviva el silencio desde el borde de tu boca hacia todos los abismos
Despídete de mi pues
Mañana no serás al igual que alguna vez nunca fuiste

Lo preciso en el lenguaje

Salirme de aqui
Correr
Caminar
O quedarme quieta parada sobre mi sombra
Temblando despacio sin moverme
Ausente de todo menos de mi
Ausente de todos sobretodo de ti
Una mano te escribe mientras yo duermo a su lado
No me avisa de tal derroche
Como si supiera de mi rotunda negativa a pronunciarme
Mientras duermo alcanzo a ver algunas lineas
Me asusta lo preciso del lenguaje




miércoles, 21 de noviembre de 2012

Esta cuestión se guarda raro

Esa boca
Esa misma boca que rogaba por instantes
yacía muerta
Extendida de comisura a comisura como asistiera a la entrega de un premio
Algunas palabras gritaban aún a su alrededor
intentando sostener su lengua por unos segundos mas
Los temblores de su cuerpo no dejaban oir la prédica
Sus manos recurrían a rincones inesperados para permanecer en su ausencia
Tal desesperación nunca pensaste llegaría a tu territorio
No hay posibilidad de que suceda de otro modo
Ahora si
Todo lo dicho sonaba a derrumbe

martes, 13 de noviembre de 2012

Avísame donde es tu entierro

De alguna extraña manera es como si te hubieras muerto, estoy acostumbrada al negro, no es que me guste tanto pero hace resaltar mi piel blanca y los labios cuando los pinto de rojo parecen tener vida propia.

A ratos me parece haber ido incluso a tu velorio y posterior responso (¿así se escribe? Primera vez que utilizo esa palabra). Me parece que había mucha gente conocida, o sea, conocidos tuyos, de los cuales solo unos pocos pueden decirse amigos, aunque me parece eres menos riguroso en eso que yo.

Mi cabeza gira intentando recordar algún momento en que estuvieras, por nimio, por sutil que sea. Pero me cuesta abstraerme de tu muerte, sobretodo considerando el hecho de que aún estás aquí, leyéndo el diario mientras yo pienso en tu muerte.

Creo que me lo dijiste tú mismo esta mañana, justo antes de despedirnos, cuando quisiste darme un beso en la boca y yo, huyendo como siempre, te regalé mi mejilla. Justo ahí, me miraste sonriendo y me comentaste, sin mucho alboroto, de tu muerte.

Quedamos en hablar, en vernos quizás, no lo recuerdo. Me quedé pensando en que olvidaste decirme el lugar en que te velarían y si querías que fuera o no (pensé podría incomodarte).

Antes de partir a tu entierro el celular sonó un par de veces, eran mensajes tuyos. Me imagino que a veces el tiempo es contradictorio, que los desencuentros están a la orden del día y que tanto cambio de hora no deja a nadie indiferente. Me imagino tendrías algo que decirme (al igual que yo a ti) pero no supiste como hacerlo (al igual que yo).

Decidí vestirme de negro, con los labios rojos, no es que sea mi color favorito pero creo me queda bien, sobretodo cuando de llorar a mis muertos se trata.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Me duele la nariz

Me duele la nariz. Hace 3 días me golpeé la nariz porque una amiga, a la que aseguraba escalando, cayó sobre mi cabeza y con su pie empujó mi cara contra el muro. En el momento sentí un dolor intenso pero mayor fue el aturdimiento, por lo que di por concluído mi entrenamiento y me senté con uno de estos estuches de gel frío en la cara. El dolor fue disminuyendo y el mareo desapareciendo, así que decidí seguir mi camino. Tan bien me sentía al día siguiente que fui nuevamente a escalar, aunque algo me decía que no era la mejor idea.
Parece que suelo conducirme así, cuando el dolor es insoportable no logro moverme y solo quiero recostarme y poner compresas frías en la zona afectada, pero basta que el dolor disminuya para que olvide lo que me carga, lo que me paraliza y lo que odio estar en esa situación, y vuelva a darme de golpes haciendo exactamente lo mismo, una y otra vez, donde claramente llego hasta el recordar y el repetir, la reelaboración se pierde ante la necesidad (o necedad?)
Hoy me duele la nariz y otras cosas quizás menos explicables, pero me duele. Sé que he estado en este lugar y que he logrado huir de aquí, hacia algo mas tranquilo, no perfecto pero si mas tranquilo.
Me duele sentir que mi entrega, mis ganas, mi deseo no son suficientes, que quizá hace tiempo ya perdí esta partida pero sigo, como los monos porfiados, poniéndome de pie cada vez que me golpean, como diciendo "a ver, dame con todo que puedo soportar cualquier cosa".
Lo peor de todo es que no soy yo, no soy yo. Creo que hasta tú eres capaz de darte cuenta de eso. Apostaría mi boca a que tú desde tu ceguera vislumbras que ese mono porfiado, por parecido a mi que se vea, no soy yo.
Pero me duele la nariz, y no tengo ganas de pararme para recibir un nuevo golpe, estoy cansada de estar cansada y no quisiera tener que pegar yo el próximo puñetazo.
Mañana voy a ir para que me saquen una radiografía, seguramente el doctor me dirá "su nariz está bien, quizá un poco fisurada, pero hay algo, muy cerca de los pulmones, que parece estar hecho trizas"


Siempre la vida se puede parecer un poco a la muere

Hace tiempo que te estoy viendo sin verte, hace tiempo que no tienes noticias de mi, porque aunque de mis labios parezcan salir diálogos y sonrisas son mucho más débiles que un espejismo.
Soy incapaz de mover los días para intentar decifrar este calendario absurdo de ausencias tan compartidas.
Creo leer entre líneas certezas de cercanía, pero hay algo disonante que no me deja respirar tranquila.
A veces me imagino que te has muerto, como tantos otros, y que lo que me toca no es más que una traducción de tu epitafio. No es que ande vestida de viuda pero siempre he pensado que el color negro me favorece. Así mi piel blanca puede esconderse de todo cuanto pueda sentir como amenaza, y cada vez que el miedo lo amerite puedo revelarme como sombra de algo que ni siquiera existe.
No hubo funeral, nadie se dio cuenta que ya no estabas porque como dicen "parece que los muertos siguen vivos en nuestros recuerdos", y en eso me sostengo.
Tengo una afición al vacío, a la tortura, a desnudarme en lugares inapropiados y besar bocas de fosas comunes.
Mañana iré a verte al cementerio e intentaré llevarte flores.