martes, 2 de julio de 2013
Atrapada con salida (dominical)
El poema más romántico
Acto fallido
Avísame
Ese miedo a las sirenas
Conversaciones de espejos
lunes, 1 de julio de 2013
La extrañeza de la continuidad
Contra mi voluntad mi voluntad mi vida
Petitorio imposible...no hay diálogo posible
Mi noche
Por todos lados
Servicio de utilidad publica
Nada que decir
Estanque repleto
Entre mis ojos y mis pensamientos
Movimiento telúrico
Sólo pena
Se metió en la cabeza
Así
La mamá está mal
jueves, 2 de mayo de 2013
Botón de pánico
Como la cama de Oliverio, apretar un botón y que se abra la mitad y alguien caiga.
Eso me gustaría tener, una cama como la de Oliverio y yo ser Oliverio y las mujeres que caen, ser el que busca, lo encontrado y lo perdido, y lo que cae, ser todo lo que cae y caer y caer y caer.
In the hole
Está muy oscuro aquí
Puedo oler la soledad
Hasta los recuerdos huyen de este atentado
Los siete pisos de edificio se balancean bajo mis pies
Sentada sobre mi
Una lejanía inhóspita anuncia un nuevo llanto
Escucho que me hablan y no digo nada
Si mi cuerpo respira esta herida palpita
y crece
Y se hace inmune
Y yo
Yo desaparezco de a poco
Todos creen que estoy aquí
Hace tiempo comencé la huida
Hoy
Ni si afuera hace frío
Si mi cuerpo da un paso mi pena avanza dos
Me quedo acostada a ver si pasa algo
Pero lo único que pasa es el tiempo
Y ni siquiera me mira
Ni siquiera se entera que estoy aquí
Viéndolo pasar
Intento moverme un poco
pero me doy cuenta
que ya no tengo cuerpo sino sólo pena
miércoles, 27 de marzo de 2013
Después
Catastrófico y visceral
Transpiro anécdotas que nadie quiere escuchar
Mi humanidad se ha cansado de sí misma y se asoma de tanto en tanto desde una reposadera que realmente le resulta incómoda
Soy un no decir despiadado
Que rebota de oído en oído y de gota en gota
Espectral abismo que traduce mi lengua
Incomprensible para quienes escuchan
Desolador para quienes entienden
Mi cuerpo tiembla y no puedo hacer nada distinto a un patético reproche
viernes, 15 de febrero de 2013
Esta tristeza tiene vida propia
Es un vómito de tristeza, de esa que acostumbra a hacer ni cama mientras me ducho, pero ahora, después del desayuno, decidió salir conmigo como sombra sobre mi espalda.
Es de esa tristeza triste e incomprendida, de esa que cuando preguntas no sabe mas que dar un suspiro y no puede mas que tragar rápidamente antes de que se le ahoguen los ojos.
Esa tristeza es la que escribe, la que vomita y se revuelca en un lapidario sin sentido.
Quizá la lejanía, la desunión evidente e irremisible de nuestra geografía sea la que se pronuncie y reclame, sin contemplación del otro que mira, este espacio vacío pero tan lleno de tristeza.
Mi tristeza trizada te pide disculpas mientras no para de mover mis manos, mientras mis dedos se derriten en esta agonía, mi tristeza se disculpa avergonzada, pero la miro de reojo y me doy cuenta de su falta de escrúpulos. ¡te juro que esta tristeza tiene vida propia!
lunes, 11 de febrero de 2013
A veces
jueves, 7 de febrero de 2013
Tristeza
Mis ojos tristes cuentan historias, y conversaciones bajo la tierra y sobre el cielo.
Hablan del silencio y dejan que mi boca se quede muda. Mi boca se muere de a poco, nunca aprendió a soñar, en cambio mis ojos y mis dedos confabulan las noches y los días que siguen al emergente destierro.
En la soledad más profunda, más perversa y perfecta, en una soledad redonda como los tobillos que me atan a este mundo, como las manos que rodean mi cintura, es allí donde espero.
Mis dedos, mis ojos les piden a gritos que me arranquen el corazón, que me dejen sin aire, que me despierten en un reventar aprisionado bajo un cuerpo desconocido, que me arranquen el corazón, sin palabras, sólo que lo arranquen en un ardiente palpitar, en un esquivo y doloroso reconocimiento de lo inútil, de lo perecedero y triste, al igual que mis ojos.
Abismo
Una máquina inmensa teje tempestades bajo la noche oculta y despierta ante el canto divino. Celestial demencia la que ha venido a parir mis días.
Las manos, con férrea dolencia, con todo el dolor palpitante que cabalga entre sus dedos, oprimen la espera como inevitable designio.
Desnudez aniquilante y sin prisa. La muerte me llama con montaraces gritos, me llama, y yo, sin ánimos de lucha, me lanzo al abismo que seduce mis pasos. La muerte camina sobre mi lecho, sobre mi presagio de vida, sobre mi propia muerte. La temible palabra se deshace entre mis dientes. Mi lengua, incrédula de tanto vértigo diluido, se detiene y se ríe, sin desviar su rumbo ni entregarme un segundo de aliento.
La muerte me llama como la calma al diluvio. Añoro la desigual contienda, la injustificada lejanía que deforma las horas que cuelgan desnudas. Añoro la muerte como el mejor de los olvidos, añoro la muerte, su dolor, su constante pesar, su muda voz y su singular retorno.
Deseo la muerte como quien desea el más sutil homicidio.
Abrir los ojos
Abrir los ojos, sin temor a ser conmovidos por la breve e inexacta naturaleza que rápidamente nos excomulga de este sueño inhóspito.
Abrir bien los ojos, para no despertar deshechos en el sudor ajeno e inmundo de un cuerpo desconocido, del desprecio inagotable acumulado por nuestra piel, huesos, vísceras.
Abrir bien los ojos hasta que estallen. Inundar de siglos mudos, de historias demasiado presentes en los oídos, del inevitable estigma de ser doliente, de pena, de angustia, de hambre por el desvelo. Hasta que revienten colmados por el llanto, hasta que queden vacíos de recuerdos inservibles, alejados del aterrizaje forzoso e insolente con el que fuimos adscritos a este lugar (horrible lecho del desprecio), forzoso como aquello que sella nuestra historia.
Dejando caer pies y manos sin previo aviso, diligentemente hay que abrir los ojos para no darse demasiada cuenta.
Retorcerlos, vaciarlos, cerrarlos, conducirnos a ciegas (¡como si no supiéramos hacerlo!), repetir en el silencio lo que tantas veces creímos cierto y dejarlo unos segundos sobre la duda, mirarlo detenidamente (y llorar después, si se estima necesario), permitirnos la estupidez como designio.
Cerrar los ojos hasta que se consuman en el rostro. Mirarnos sin ojos al espejo, sin palabras ni amenazas de futuro.
Cerrarlos en el compromiso inhumano que contraen las noches, en su ausencia y su oscuro descaro, que sólo nos conmueve porque ya nada parece posible.
Cerrar los ojos y pedir (con un fervor nunca antes conocido y una pasión incluso por nosotros incomprendida) que de manera fugaz e insospechada nos abandone la existencia.
Más besos ...es q pucha que son ricos
Besos envueltos en carcajadas
con la noche ardiente reventándoles los labios
Besos prendidos a la garganta como fieles vampiros atrapando la pena y el regocijo
Besos perdidos como sombras perpetuas atando destinos Besos colgándonos de las pestañas
para que los ojos no se cierren
y creer que se puede soñar sin morir ni despertar
Besos vestidos de nocturna lujuria
olvidando la espera
con avisos luminosos y sonidos burbujeantes
Besos de amanecida, con sabor agrio y de apretado deseo entre las manos
Besos que se arrepienten camino a su destino
que se lanzan al vacío sabiendo aun su fatídico desenlace
Besos
besos
sólo besos
Besos desnudos
como el alma en la vigilia
Besos lentos
como el dolor
Besos tiernos
como una mirada cayendo
Besos abruptos
Besos ciegos de razones dibujados en la locura
Besos llenos de razones
Besos que rápidamente se apagan Besos como respuestas
Besos a la distancia
de esos que no hacen daño
Besos dormidos que sellan el llanto Besos dulces
como la inocente venganza
Besos de los pies a la cabeza
de todas las formas y olores
En la boca
miles de besos aguardan la huida
Te beso
Para que no te muevas
Para que no te des cuenta
Para que no digas nada
Que no me des nada
Y te dejo un beso
Clavado en la esquina de tu boca
En la espina de esa lengua dormida
En esa espina que me atraviesa
Me enmudece
Te beso con desnudez
Trémula y distante
Para que no
Para que no veas
Te beso y no te das cuenta
Ni te enteras
Un beso tan solo
Beso que no se acuesta sobre otros labios
Que no espera despertar ni un segundo de tu día
Un beso tan mudo
Beso que pasa muerto
Beso que muere en la profunda huida
Para que no te muevas,
te enteres
des cuenta
Sorprendas
derritas o derribes
o enfurezcas
para que no mueras por no poder amarme
te beso
de despedida
Decir
Herida
Aparece esta herida que me cierra los ojos y me abre el aliento de par en par, como amenazando con un vuelo, como si se burláse tímidamente de la derrota.
martes, 15 de enero de 2013
DIOS TE SALVE
Dios (o cualquiera que pueda, aunque mi fe al respecto es diminuta) te salve María...Juana, Ana, Lourdes, Josefina...etc. Que te han llenado de desgracia. Bendita te dijieron entre todas las mujeres....(te informo que de alguna u otra manera a todas nos dijieron lo mismo esta tropa de hipócritas) y que bendito era el fruto de tu vientre...mmmmm.... No sé, o sea, uno que otro tendrá más alma de agricultor pero en general me tinca que solo les gusta plantar la semilla del fruto.
"Madre de Dios" .otra paradoja...debo parir al que me salve?
Más encima piden que roguemos por ellos...que se vayan a pedir ruegos a una cantina mejor!!!
Lo de pecadores se los compro... Pero no estoy ni al lado ni con su hora, ni minuto, ni segundo.
Por qué mejor no se van a la cresta un ra