martes, 2 de julio de 2013

Atrapada con salida (dominical)

Sigo atrapada y no es que no haya salida. La salida me tiene podrida, es peor que estar atrapada. Sigo pegada a mi colchón con la esperanza de fundirme con este artefacto y terminar siendo, quizás, un resorte, uno gastado, que ya no hace mucho más que sostener un cuerpo desvitalizado y agónico.
Hay agonías evidentes, de cuerpos que se llenan de rincones putrefactos, de esos que se despiden del olor a vida y dan la bienvenida al olor a muerte, que se van poniendo amarillos, y grises, y tristes y se llenan de movimientos lentos y luego se llenan de la escasez de éstos.
Pero hay otras agonías, esas que nadie ve (que nadie quiere ver), y que más parecen simulaciones y simulacros. Esas que quiebran el aliento y hacen anhelar el otro tipo de agonía (por certera y descifrable), para que alguien se de cuenta, y nos ayude a permanecer, o a irnos, o para que simplemente nos dejen quietos y se callen. Y nos dejen quietos, y solos, y se callen. Y no nos digan nada, y que no se queden ni tampoco esperen que salgamos de aquí. De este lugar a las afueras del tiempo, compenetrado con las vísceras e hijo de años de desvelo. Porque el problema no es estar atrapados, sino lo desolador de la salida. 

El poema más romántico


Mírame cuando te reviente la cara a puro corazón palpitante
Y mis dientes atraviesen tus labios con la dulzura de mil harakiris
Mírame cuando mis manos como extremidades disociadas envuelvan tu cuerpo jugando la boa, a la pitón
Y te quite el aire
Para que me quieras, o no
Para que quizás me quieras
Mírame mientras mi lengua juega con tus globos oculares a medio metro de tu rostro, y luego sobre tu rostro los deja caer como si fuesen aves a punto de salir del cascarón
Mírame despacito, porque hasta eso me duele
Y no me digas nada
Ni de tu silencio
Ni de ti
Ni de mi
Sólo mírame amor, y cuídate 
Cuidate de mí, porque te amo

Acto fallido

Soy un acto fallido
Soy miles de intentos
Como una palabra tan pequeña que no puedo no leer
Sólo sirvo para lo intrascendente porque lo que me trasciende me destroza
Detrás de las imágenes, detrás de las palabras un silencio feroz
La única pregunta
Hay un abuso en esta existencia
En mi fecha de caducidad hay un error de impresión
No conozco las reglas de este juego, pensé que sí, me equivoque
No sé a quién reclamar
Por eso guardo silencio
No conozco las reglas este juego, y mis amigos no entienden que yo ya no quiero jugar más
Si me dejan, les prometo no llevarme la pelota.

Avísame

Y tu? Qué cara me ves que no me miras?
Y tu? Que sangre me hueles que no me sientes?
Y tu? Palpitas? Respiras? Existes?
Cuatro atraviesas mi sombra sólo para incomodarme, sólo para incomprenderme?
y tu? Escribes? Eres capaz de decirme algo que no sea espantosamente evidente? 
Por favor
Avísame si mañana
Por esas cosas incomprensibles
Algún temblor matutino
Decidió instalarse en tus pestañas

Ese miedo a las sirenas

Equinoccio de mi traslado sepulcral
Te animas a cuestionar este invierno?
Sé que tu fracaso es como un canto acostado sobre el horizonte
Sabrás tú entre las palabras se esconde el tiempo?
Sabrás que nada de lo que hagas realmente será?
Sabrás?
Eres un barco mudo que solo grita espantado ante la imagen de las sirenas
Eres un payaso que golpea puertas durante la madrugada
Mientras todos duermen, o han  salido
Pero seguro que está fábula que escogiste de cabecera dura unos cuantos respiros
Así que tranquilo
Pues el alma ardiente puede llorar todo lo que quiera
Tiene permiso

Conversaciones de espejos

Me voy a lavar las manos, a ver si si me alcanza la noche. 
Me voy a divertir sin mirarme, para no acumular más tristeza
Siento cómo mi cuerpo tiembla a escondidas
Apretados los días van sentándose unos sobre otros sin escrúpulos
Me voy a lavar las manos para simular lejanía
Y mojarme la cara
Y desenterrar todas las palabras
Y colgarlas en un espejo para que parezcan un diálogo 
Y jugar aquí converso contigo
Y que me escuchas
Y que me ves
Y no me olvido
Y guardas un pedacito de tus horas para parpadear entre recuerdos
Y que por mí te lavas las manos
Y te mojas la cara
Y cuelga las palabras en un espejo para escuchar mi voz
Aunque no te diga nada
Nada distinto
Nada de nada
Más que un silencio que te nombra y te vuelve a nombre

lunes, 1 de julio de 2013

La extrañeza de la continuidad

Sentir tu piel tan ajena, tan ajena, tan ajena. Mi historia no  ayuda pues entremedio se alzan féretros y tempestades, y silencio obviamente silencio. Aquí no,  y por eso la extrañeza de la continuidad, del roce, de la pequeña palabra. Escuche tu voz, tan ajena, tan ajena y yo.

Contra mi voluntad mi voluntad mi vida

Contra mi voluntad
Existen noches como esta
Y lejanías que se instalan
Y muerte que se llora
Y tiempo que se habita
Contra mi voluntad
Tiembla la tarde desnuda
Y la soledad grita a ver si por fin alguien escucha
Y contra mi voluntad se cierran los ojos para parecer dormidos
Y por dentro, como si fuera sangre, me vuelvo  tibia
Contra mi voluntad cuento mentiras y constelaciones
Y desvelos
Y tristes temores
Y mi voluntad no importa
Y nada me sobrevive si cuando muero, 
Contra mi voluntad, aún respiro
Contra mi voluntad
Mi vida

Petitorio imposible...no hay diálogo posible

Mi cuerpo me acaba de avisar que está en huelga de hambre, el petitorio es largo y complejo, por lo tanto es probable que no la deponga, ya que me veo con pocas posibilidades de cumplir sus exigencias.
Para muestra un botón:
- qué deje de ser quien soy, pensar como pienso y sentir lo que siento.
Estoy de manos atadas no?

Mi noche

Y si mi noche
Tú noche
Oscura
Igual
Nada muy distinto
Dos trémulas latitudes
Dos cuerpos acordonados
Estrecha la línea que describe tu mano
La mía
Nada muy distinto
Distancia silenciosa colándose de amanecida
Un beso solitario a la espera de que alguien lo nombre
Tú noche cerrada y opaca
Muda
Inexacta
La mía temerosa
Pálida
E intacta

Por todos lados

Ahora lloro por todos lados, cada rincón de mi cuerpo, cada poro es la posibilidad de emergencia para una lágrima, comienzan a aparecer tímidamente para tomarse todo mi cuerpo, intento escapar, en realidad pienso un segundo en hacerlo, pero no me muevo, ya no existo, ahora todo solo es llanto, solo llanto.

Servicio de utilidad publica

Servicio de utilidad pública: 
se necesitan receptores de sangre 0 IV positivo, da lo mismo si tienen tatuajes y pesan menos de 50 kg, tampoco importa si han tenido más de una, dos o tres parejas sexuales en el último mes. No tiene importancia que hayan tenido hepatitis u otra enfermedad (venéreas incluidas). Estado civil, raza, religión da igual.
De suma urgencia necesito receptores de sangre!! estoy segura que tengo un exceso de ella y que en eso radica esta desastrosa intensidad

Nada que decir

Me di cuenta que no estaba soñando cuando me levantó por el pelo y me puso el cuchillo en la garganta. Intenté no abrir los ojos, parecer dormida. Por ridículo que suene creí que si pensaba que no había despertado se iría.
Intenté no abrir los ojos pero fue imposible
Intenté gritar pero fue imposible
Sentí como el cuchillo cortaba mi garganta de oreja a oreja, no sentí dolor, pero si un calor en el pecho que luego entendí era mi sangre.
Intenté moverme pero fue imposible
Me arrastró por los pies y me colgó de cabeza con una cuerda. 
Intenté mirarlo pero no pude, no tenía voz, ni fuerza, ni nada que decir.

Estanque repleto

Si usted no es capaz de tolerar mi pena y que mi melancolía le llegue directamente a los ojos, y no quiera, y no tiene por qué querer, basta con apretar un botón, mi estanque de tristeza esta repleto, ya no hay nada que pueda llegar hasta ahí.

Entre mis ojos y mis pensamientos

Me acuesto sobre la pierna que me duele aunque la razón dicte lo contrario
Me acuesto porque no puedo hacer otra cosa
Hay tanta distancia entre mis ojos y mis pensamientos que mientras escribo es como si fuera cosiendo con un hilo negro una boca de la que se escapan palabras que este hilo negro traduce por indescifrables
Y la mano que cose no sabe de nada más que de dar puntada tras puntada
Como sí sobrevivir dependiera de la ritmicidad con que se logra ir dibujando estas palabras
Hay tanta distancia entre mis ojos y mis pensamientos que me miro acostada en posición fetal y me doy asco
Y paso por mi lado y me doy una patada para ver si reacciono, pero nada, no me muevo, no respiro, hace siglos que no estoy.

Movimiento telúrico

Siento que estoy poblada de terremotos
de movimientos telúricos y epidérmicos que se instalan sin aviso en mi geografía
Estoy poblada de terremotos y otros desastres, naturales y ficticios.
Poblada de todo esto que me sucede estando yo tan lejos, estando tan deshabitada.

Sólo pena

No sé qué día es
Ni si afuera hace frío
Si mi cuerpo da un paso mi pena avanza dos
Me quedo acostada a ver si pasa algo
Pero lo único que pasa es el tiempo
Y ni siquiera me mira
Ni siquiera se entera que estoy aquí
Viéndolo pasar
Intento moverme un poco 
pero me doy cuenta 
que ya no tengo cuerpo sino sólo pena

Se metió en la cabeza

Como sí algo se me metiera en la cabeza y no soy yo. Se me mete en la cabeza y me atormenta y parece llanto o ausencia, parece algo triste y sin nombre, y desconocido pero tan de ayer. Como sí algo me poblara con gritos de conquista y miles de cuerpo, sin carne, sin historia, se acumularan en esos miles de segundo que demora un ojo en reconocer sus lágrimas. Como sí algo me poblara. Como sí el mar decidiera convertirme en marejada olvidable, en un ruido que no queda en el recuerdo, en memoria de un anciano ya senil y yo me quedara temblando y sola, y despoblada y nada y yo.

Así

Tócame despacio, que solo la sombra de tus dedos esté aquí, tócame despacio y no te quedes, nunca te quedes porque la amenaza de ausencia grita feroz desde que amanece. 

La mamá está mal

"La mamá está mal" "la mamá no se siente bien, déjela dormir, déjela tranquila, necesita descansar"
"Hola, necesitas algo?" 
Se extiende un largo silencio, todo lo que dura respirar y aguantar esa bocanada que promete acallar el llanto. Vuelve la pregunta "aló? Estás ahí? Necesitas algo?"
No hay respuesta pues cualquier intento de pronunciar algo, de decir algo termina ahogado por ese sonido agonizante del sollozo.
"Estás sola?"
"Si" (es todo lo que logra articular) 
"Acuérdate que te quiero y que me puedes pedir lo que sea"
Pero lo que necesita no lo puede pedir, no se atreve, lo que necesita suena demasiado cruel, tanto que mejor no pronunciarlo.
"Oye, estoy aquí" "cualquier cosa me llamas"
Y lo que más gustaría es no llamarlo nunca, ni a él ni a nadie, no llamar, no hablar, no decir, no estar. Finalmente no estar.
Y mientras mira un programa que alude al temor a la muerte piensa que eso no es lo que la asusta, lo otro si. 

jueves, 2 de mayo de 2013

Botón de pánico



Como la cama de Oliverio, apretar un botón y que se abra la mitad y alguien caiga.
Eso me gustaría tener, una cama como la de Oliverio y yo ser Oliverio y las mujeres que caen, ser el que busca, lo encontrado y lo perdido, y lo que cae, ser todo lo que cae y caer y caer y caer.

In the hole


Está muy oscuro aquí
Puedo oler la soledad
Hasta los recuerdos huyen de este atentado
Los siete pisos de edificio se balancean bajo mis pies
Sentada sobre mi
Una lejanía inhóspita anuncia un nuevo llanto
Escucho que me hablan y no digo nada
Si mi cuerpo respira esta herida palpita
y crece
Y se hace inmune
Y yo
Yo desaparezco de a poco
Todos creen que estoy aquí
Hace tiempo comencé la huida

Hoy

No sé qué día es
Ni si afuera hace frío
Si mi cuerpo da un paso mi pena avanza dos
Me quedo acostada a ver si pasa algo
Pero lo único que pasa es el tiempo
Y ni siquiera me mira
Ni siquiera se entera que estoy aquí
Viéndolo pasar
Intento moverme un poco
pero me doy cuenta
que ya no tengo cuerpo sino sólo pena

miércoles, 27 de marzo de 2013

Después

Soy un espasmo
Catastrófico y visceral
Transpiro anécdotas que nadie quiere escuchar
Mi humanidad se ha cansado de sí misma y se asoma de tanto en tanto desde una reposadera que realmente le resulta incómoda
Soy un no decir despiadado
Que rebota de oído en oído y de gota en gota
Espectral abismo que traduce mi lengua
Incomprensible para quienes escuchan
Desolador para quienes entienden
Mi cuerpo tiembla y no puedo hacer nada distinto a un patético reproche

viernes, 15 de febrero de 2013

Esta tristeza tiene vida propia

Esto no es para que lo leas, ni para que lo mires ni lo pienses, no es para que lo respondas, ni siquiera para que lo borres porque pretende ser un espacio ausente.

Es un vómito de tristeza, de esa que acostumbra a hacer ni cama mientras me ducho, pero ahora, después del desayuno, decidió salir conmigo como sombra sobre mi espalda.

Es de esa tristeza triste e incomprendida, de esa que cuando preguntas no sabe mas que dar un suspiro y no puede mas que tragar rápidamente antes de que se le ahoguen los ojos.

Esa tristeza es la que escribe, la que vomita y se revuelca en un lapidario sin sentido.

Quizá la lejanía, la desunión evidente e irremisible de nuestra geografía sea la que se pronuncie y reclame, sin contemplación del otro que mira, este espacio vacío pero tan lleno de tristeza.

Mi tristeza trizada te pide disculpas mientras no para de mover mis manos, mientras mis dedos se derriten en esta agonía, mi tristeza se disculpa avergonzada, pero la miro de reojo y me doy cuenta de su falta de escrúpulos. ¡te juro que esta tristeza tiene vida propia!

lunes, 11 de febrero de 2013

A veces

A veces te invento un nombre, a veces te escribo, a veces te pienso, a veces pienso que existes y otras realmente así parece, a veces espero a que escribas, llames o aparezcas, y me nombres como quieras, y me pienses y recuerdes y que exista, para ti, que exista.

jueves, 7 de febrero de 2013

Tristeza

Tengo el dolor arraigado en la mirada, enredado en las pestañas, enredado en una sinfonía estrecha de lágrimas y desiertos.
Mis ojos tristes cuentan historias, y conversaciones bajo la tierra y sobre el cielo.
Hablan del silencio y dejan que mi boca se quede muda. Mi boca se muere de a poco, nunca aprendió a soñar, en cambio mis ojos y mis dedos confabulan las noches y los días que siguen al emergente destierro.
En la soledad más profunda, más perversa y perfecta, en una soledad redonda como los tobillos que me atan a este mundo, como las manos que rodean mi cintura, es allí donde espero.
Mis dedos, mis ojos les piden a gritos que me arranquen el corazón, que me dejen sin aire, que me despierten en un reventar aprisionado bajo un cuerpo desconocido, que me arranquen el corazón, sin palabras, sólo que lo arranquen en un ardiente palpitar, en un esquivo y doloroso reconocimiento de lo inútil, de lo perecedero y triste, al igual que mis ojos.

Abismo

Una máquina inmensa teje abismos sobre mi mente. El pasado se desviste dejando una desnudez que inunda. Bajo el triste amanecer que alguna vez cerró mis ojos, el pasado tiembla.
Una máquina inmensa teje tempestades bajo la noche oculta y despierta ante el canto divino. Celestial demencia la que ha venido a parir mis días.
Las manos, con férrea dolencia, con todo el dolor palpitante que cabalga entre sus dedos, oprimen la espera como inevitable designio.
Desnudez aniquilante y sin prisa. La muerte me llama con montaraces gritos, me llama, y yo, sin ánimos de lucha, me lanzo al abismo que seduce mis pasos. La muerte camina sobre mi lecho, sobre mi presagio de vida, sobre mi propia muerte. La temible palabra se deshace entre mis dientes. Mi lengua, incrédula de tanto vértigo diluido, se detiene y se ríe, sin desviar su rumbo ni entregarme un segundo de aliento.
La muerte me llama como la calma al diluvio. Añoro la desigual contienda, la injustificada lejanía que deforma las horas que cuelgan desnudas. Añoro la muerte como el mejor de los olvidos, añoro la muerte, su dolor, su constante pesar, su muda voz y su singular retorno.
Deseo la muerte como quien desea el más sutil homicidio.

Abrir los ojos

Abrir los ojos hasta que revienten. Hastiarnos de lo que dicen las pupilas delirantes de los que nunca creyeron en las respuestas, de los que negaron con la boca lo que el alma desdichada aún pronuncia.
Abrir los ojos, sin temor a ser conmovidos por la breve e inexacta naturaleza que rápidamente nos excomulga de este sueño inhóspito.
Abrir bien los ojos, para no despertar deshechos en el sudor ajeno e inmundo de un cuerpo desconocido, del desprecio inagotable acumulado por nuestra piel, huesos, vísceras.
Abrir bien los ojos hasta que estallen. Inundar de siglos mudos, de historias demasiado presentes en los oídos, del inevitable estigma de ser doliente, de pena, de angustia, de hambre por el desvelo. Hasta que revienten colmados por el llanto, hasta que queden vacíos de recuerdos inservibles, alejados del aterrizaje forzoso e insolente con el que fuimos adscritos a este lugar (horrible lecho del desprecio), forzoso como aquello que sella nuestra historia.
Dejando caer pies y manos sin previo aviso, diligentemente hay que abrir los ojos para no darse demasiada cuenta.
Retorcerlos, vaciarlos, cerrarlos, conducirnos a ciegas (¡como si no supiéramos hacerlo!), repetir en el silencio lo que tantas veces creímos cierto y dejarlo unos segundos sobre la duda, mirarlo detenidamente (y llorar después, si se estima necesario), permitirnos la estupidez como designio.
Cerrar los ojos hasta que se consuman en el rostro. Mirarnos sin ojos al espejo, sin palabras ni amenazas de futuro.
Cerrarlos en el compromiso inhumano que contraen las noches, en su ausencia y su oscuro descaro, que sólo nos conmueve porque ya nada parece posible.
Cerrar los ojos y pedir (con un fervor nunca antes conocido y una pasión incluso por nosotros incomprendida) que de manera fugaz e insospechada nos abandone la existencia.

Más besos ...es q pucha que son ricos

Besos muertos que nos recorren en silencio mientras nos creen dormidos
Besos envueltos en carcajadas
con la noche ardiente reventándoles los labios
Besos prendidos a la garganta como fieles vampiros atrapando la pena y el regocijo
Besos perdidos como sombras perpetuas atando destinos Besos colgándonos de las pestañas
para que los ojos no se cierren
y creer que se puede soñar sin morir ni despertar
Besos vestidos de nocturna lujuria
olvidando la espera
con avisos luminosos y sonidos burbujeantes
Besos de amanecida, con sabor agrio y de apretado deseo entre las manos
Besos que se arrepienten camino a su destino
que se lanzan al vacío sabiendo aun su fatídico desenlace
Besos
besos
sólo besos
Besos desnudos
como el alma en la vigilia
Besos lentos
como el dolor
Besos tiernos
como una mirada cayendo
Besos abruptos
Besos ciegos de razones dibujados en la locura
Besos llenos de razones
Besos que rápidamente se apagan Besos como respuestas
Besos a la distancia
de esos que no hacen daño
Besos dormidos que sellan el llanto Besos dulces
como la inocente venganza
Besos de los pies a la cabeza
de todas las formas y olores
En la boca
miles de besos aguardan la huida

Te beso

Despacito,
Para que no te muevas
Para que no te des cuenta
Para que no digas nada
Que no me des nada
Y te dejo un beso
Clavado en la esquina de tu boca
En la espina de esa lengua dormida
En esa espina que me atraviesa
Me enmudece
Te beso con desnudez
Trémula y distante
Para que no
Para que no veas
Te beso y no te das cuenta
Ni te enteras
Un beso tan solo
Beso que no se acuesta sobre otros labios
Que no espera despertar ni un segundo de tu día
Un beso tan mudo
Beso que pasa muerto
Beso que muere en la profunda huida
Para que no te muevas,
te enteres
des cuenta
Sorprendas
derritas o derribes
o enfurezcas
para que no mueras por no poder amarme
te beso
de despedida

Decir

A veces no hay una forma más corta para decir las cosas, aunque me muerda la lengua o me trague la mitad de las palabras, aunque pretenda, a través de la mímica, mostrar un silencioso discurso, aunque me calle y arranque los dedos escribiendo, aunque busque en la letra de una canción algo similar a lo vivido, aunque pretenda no tener que decirlo, aunque olvide el idioma y padezca de una regresión lingüística que sólo me deje por recurso los balbuceos, aún así, e incluso sabiendo la inhóspita comprensión que le depara a mi mensaje, aún así necesito decirlo en todas sus palabras. Desmentir un momento para surgir de pronto a través del silencio.

Herida

Cuando el vuelo se vuelve lento, tanto que parece que se va a caer, que perderá esa destreza insondable de permanecer en el aire entremedio del silencio, cuando el vuelo pasa de tranquilo tránsito a inminente desastre, a caída en picada, a catastrófico aterrizaje, y por fin capota sobre algo indefinido pero combos certeza de ser incapaz de amortiguar el rumbo perdido. Cuando el vuelo se desvuela haciéndose a sí mismo hacia abajo, hacia arriba, sin sentido, sin final. Cuando el aire tiembla y la tierra se aleja aún más de ser su norte designado, aparece una herida en el pecho, una herida que no sangra pero que aúlla, una herida que recita mis lágrimas cuando estoy dormida. Aparece una herida con sabor a rostro y con mirada de despedida, e intenta, en medio de su inhumana experiencia, abrirse camino hasta las profundidades de mi cuerpo. Poco a poco, día a día se va instalando sigilosa al principio y con comodidad insólita al siguiente segundo. Se instala entre mis otras heridas, ya mudas, ya agotadas, y las mira de reojo con desprecio.
Aparece esta herida que me cierra los ojos y me abre el aliento de par en par, como amenazando con un vuelo, como si se burláse tímidamente de la derrota.

martes, 15 de enero de 2013

DIOS TE SALVE

Dios (o cualquiera que pueda, aunque mi fe al respecto es diminuta) te salve María...Juana, Ana, Lourdes, Josefina...etc. Que te han llenado de desgracia. Bendita te dijieron entre todas las mujeres....(te informo que de alguna u otra manera a todas nos dijieron lo mismo esta tropa de hipócritas) y que bendito era el fruto de tu vientre...mmmmm.... No sé, o sea, uno que otro tendrá más alma de agricultor pero en general me tinca que solo les gusta plantar la semilla del fruto.
"Madre de Dios" .otra paradoja...debo parir al que me salve?
Más encima piden que roguemos por ellos...que se vayan a pedir ruegos a una cantina mejor!!!
Lo de pecadores se los compro... Pero no estoy ni al lado ni con su hora, ni minuto, ni segundo.
Por qué mejor no se van a la cresta un ra