domingo, 1 de junio de 2014

Lo inerradicable y la hipocresía de lo probable



Probablemente nada es tan distinto. Una imagen. Algunos fonemas. Temperaturas y números. 

Horas, fechas, el orden de las palabras. 

Probablemente la felicidad a la que accedes es una ya recorrida por mi (y por otros antes que yo)

Me imagino que hay cosas que cambian pero me imagino que hay otras que no. Estás otras transitan por una apariencia de mutabilidad que se desarma un día para quedarse en lo más profundo. Para revelarse al fin.

El carácter inerradicable del fracaso -del mío, del tuyo y el de tantos más- es lo que queda. De lo último que te acordarás. 

Probablemente hoy aparece como improbable. 

Probablemente hoy disfrutas de la hipocresía ignorante de ella misma y por eso tan real. 

Probablemente te darás cuenta -en un momento que pertenece a lo que difiere entre tu relato y el mío (y el de tantos más)- que hay cosas que no cambian aunque te parezca todo lo contrario y que hay algo que estaba y que ya no está. 

Pero con el tiempo, entenderás que nunca estuvo y que no es el cambio lo que llevo al derrumbe sino el retorno a lo inmutable, a lo que no pudo dejarse ir.

Cuando eso suceda mis palabras (estás que nunca te dije) te parecerán tan ciertas, tan ciertas que me odiarás por no habértelas gritado en la cara.