lunes, 11 de mayo de 2015

Tengo un estupendo sentido del humor
Por eso río mientras se me atraviesan sollozos
Por eso cuando lloro parece que sufriera un ataque de regocijos
Tengo un sentido del humor tan bueno que la tristeza no haya reparos en visitarme con demasiada frecuencia 
Mi sentido del humor se burla a destajos de mi desasosiego

viernes, 8 de mayo de 2015

Sabes? 
A veces me acuerdo de ti, 
no me gusta hacerlo, 
pero me resulta inevitable al parecer.
A veces me acuerdo de ti y quiero rápidamente olvidarte, olvidar tu boca, tu cuerpo, tus manos....
Tus asquerosas manos, tu hálito deshonesto, tu saliva en mi boca, y tú, todo tú
Porque no todo es romanticismo, 
porque no todo es añoranza o despecho
No solo basta escribir al amor y al desamor
Porque también existe el asco
La náusea
El arrepentimiento
(Y por esto mío es el cielo...según dicen)
Y no es odio
Así que no se equivoquen con eso de que entre una cosa y otra hay pocos pasos
Es asco
Repugnancia
Recordarte es una arcada
Aversión
Repulsión
No te odio 
Pero si odio 
a veces acordarme de ti

miércoles, 22 de abril de 2015

Anochezco generosa y amanezco turbada en un egoísmo supremo
No quiero compartir mi cama
Mi sueño
Mi día
Mi aburrimiento
No quiero ceder ese espacio que es solo mío
No quiero compartir el desayuno
No quiero compartirme 
Ni partirme otra vez en pedazos para que alguno sirva
Con suerte que uno sirva
O no,
Anochezco generosa porque en mi soledad me hábito de memoria y hasta con permiso de eterno olvido
Porque en mi cama se duerme a la cuenta de diez y se despierta donde mismo,
Como si nada hubiese sucedido
Anochezco generosa porque no hay nada que darle a nadie
Está aquí
Igual que siempre
Feroz promesa
¿Se te pasó ese amor absurdo? Digo, para que comencemos a hablar de lo que nos convoca.
Porque el amor y su absurdo es lo que nos desviste, reviste, colapsa y desmenuza, pero es lo otro, lo que por feroz nos resulta inhóspito, lo que terminará por sellar este pacto.
Es lo otro, es esa desnudez la que se evita, la que nos hace temblar y huir, y no estar.
¿Se te pasó ya ese amor absurdo? Que no enseña a amar en tanto el otro es solo deseo,
 y persiste cuando ya se han apagado las velas y la torta ya nos dejó satisfechos
Qué es de ese hijo de putas?
Qué es de ese niño de pecho?
De ese que ostentaba sus cojones como que fueran seguro social (y del bueno, aunque inexistente)
Qué es de ese energúmeno que insiste en nombrarse
Y en aparecer
Qué es de ese arrebato de sobrevivencia
que entre lengua y vomito traduce algo parecido a una existencia
Qué es de ti?
Corazón sin venas
Qué es de ti?
Muerto de muerte y lleno de mierda
Qué es de ti?
Hace tiempo que dejé de leer sobre el absurdo (se entiende no?)
Qué es de ti?
Son tan pequeñas esas letras que te sostienen...
Ti? Tú? Ya!
Me conmueve tu silencio
Agradezco tu ausencia
Ti
Tú 
Ya
Good night for ever
No alcanza la noche para reducir tu inexistencia
I'm so sorry
Lloro
Y no me doy cuenta
Abre la vena herida que retumba
Muerde y gime
Abre la razón descorazonada
La palabra rota
La trama
Abre la desidia
Abre la noche
Tiembla la espera
Llora mi llanto
Llora
Te quedas así 
Parado así
Silente así
Pernoctas
Mudo
Bruto
Llano
Infértil
Te quedas así
En tu torpeza
Que hice mía 
Así
Como tu voz
Tu madrugada
Tu enajenada ausencia
Te quedas así
Inmóvil
Predecible
Olvidable
Te quedas en ese vacío
Ahí
Así
Te quedas 
Tu enajenada ausencia y tú

viernes, 16 de enero de 2015

Acapulco

Voy a escribir este desvelo, sobre él y como un arrojo
Voy a someter mi letra muda a su cuerpo inerte
A escupir alguna excusa para sostener la escena
Entre tanto llanto es difícil escuchar quién llama
Olvidamos la cláusula que nos decía respecto al llanto, a las lagrimas, a la noche en que están ausentes 
No queríamos saber
Preferimos la desnudez antes que la codicia del cuerpo inalcanzable
De la oración perfecta parada bajo la lengua 
Esperando caer como clavado de esos que atrapan la imagen de Acapulco
Olvidamos todo
Y todo nos olvida a nosotros
A cada segundo despilfarramos gestos en pos de la memoria
Mientras tanto
Mientras tanto ella duerme ajena a nuestra desdicha.
Y nos deshacemos
Y no nos damos cuenta
Y ya no hay llanto
Ni cuerpo
Ni cláusulas
Ni mucho menos Acapulco